Todos los 11 de abril, se le da un justo homenaje, a la persona que describió por primera vez esta enfermedad.
Es por ello, que este día se conoce como el Día Mundial del Parkinson.
Por ende, es un buen momento para conocer a fondo esta enfermedad neurodegenerativa.
Pues, tenemos nociones básicas de lo que es, pero no sabemos otros aspectos esenciales.
Y principalmente, que esta afección no debe ser motivo de conmemoración y tristeza, pues puedes vivir plenamente con ella.
El concepto esencial, es que es una enfermedad neuronal degenerativa, que tiene incidencia principalmente en el movimiento.
Es decir, que esta enfermedad es progresiva, va evolucionando poco a poco y que se ve afectada la sección motora de nuestro sistema nervioso.
La causa principal de la enfermedad de Parkinson (EP), es la deficiencia en la producción de Dopamina.
La dopamina es un compuesto químico que funciona como neurotransmisor y se fabrica en la sustancia negra.
Es decir, cuando se reduce la producción en la sustancia negra, se ve afecta la vía de la dopamina y se produce el Parkinson.
La clasificación de esta enfermedad está determinada por las etapas en la que se encuentra la persona.
Para ello, se utiliza una escala conocida como Hoehn y Yahr, que permite establecer la etapa.
La escala va del 1 al 5, de modo que comienza como leve hasta llegar a severo.
Basados en ello, la clasificación sería:
Al ser una enfermedad progresiva, los síntomas no desaparecerán y se irán acrecentando con el paso del tiempo.
Es por ello, que las enfermedades neurodegenerativas son más difíciles de diagnosticar.
Sin embargo, los esfuerzos de los médicos especialistas, han determinado una serie de síntomas, que activan las alertas para poder detectar más rápido la EP.
Estos síntomas son:
Esta enfermedad es muy particular, pues su diagnóstico, es principalmente de observación.
Por tal razón, es común que los familiares detecten la enfermedad antes que el médico, porque conviven día a día con la persona y notan los cambios.
Sin embargo, si existe una fuerte sospecha debe ser corroborada por una serie de pruebas clínicas.
Entre ellas encontramos:
Al igual que casi todas las enfermedades neurodegenerativas, la EP no tiene cura.
Simplemente se aplican tratamientos para evitar el avance acelerado de la enfermedad.
Los cuales pueden ser fármacos, terapias e incluso cirugía, para mejorar el daño producido.
Es lógico pensar, que, si no hay casi dopamina, el tratamiento sería suministrar dopamina al paciente.
Sin embargo, hay que resaltar que este neurotransmisor no atraviesa la barrera hematoencefálica, es decir, que no va a llegar al cerebro.
Es por ello, que se suministran precursores de la Dopamina, es decir, agentes que estimulan la producción de Dopamina a nivel cerebral.
Entre los principales fármacos recetados para el Parkinson se encuentran:
El número de personas que pueden acceder a este proceso son muy pocas, pues necesitan cumplir cabalmente con unas condiciones.
Pero básicamente, este proceso lo que busca es trabajar en la parte del cerebro que ha sufrido el daño.
Para esto se pueden aplicar cuatro técnicas:
Este tratamiento es muy importante, pues permite la estimulación de la actividad a nivel muscular.
De modo, que se reduzca la rigidez y debilidad muscular que se presenta durante esta enfermedad.
Se deben realizar estas terapias de ejercicios de forma consecuente, diariamente si es posible, para resultados óptimos.
Además, unos buenos masajes permitirán que los vasos sanguíneos se dilaten, fluya de mejor forma la sangre y se elimine la tensión muscular.Traemos para ti las mejores recomendaciones, para que sea menos impactante aprender a vivir con Parkinson.
No es nada de que temer, ni hay razones para desanimarte.
Si eres familiar de alguien con esta enfermedad, brinda el 100% de tu apoyo, él o ella lo agradecerá.
Recomendaciones principales:
Por ello, recomendamos realizar comidas que sean más fáciles de ingerir, purés, sopas o cualquier tipo, pero cortada en muy pequeñas porciones.
Se pueden implementar pasamanos para que se pueda apoyar al caminar, y en el baño elevar los asientos, entre otros.