La inserción de personas con discapacidad en el mundo laboral ha traído múltiples cambios en las formas de abordar el tema, por parte de familiares, las empresas, los compañeros de trabajo y las disposiciones legales existentes.
Se trata de incorporar a una persona con limitaciones físicas o intelectuales que conlleva ventajas y desventajas para su propia salud corporal y emocional.
Una persona con discapacidad severa, no debería ser incorporada al trabajo empresarial, pero sí, a trabajos que no ameriten rigores, ni tensiones que vayan a generar complicaciones a su condición pre existente.
Las opiniones sobre las personas con discapacidad en el ámbito laboral están divididas, pero en medio del debate, podemos afirmar que se ha avanzado en la última década. Ya que, antes ni se mencionaba el tema.
El problema de la inserción laboral a personas discapacitadas tiene solución en la medida que haya acuerdos y mayor compromiso de toda la comunidad involucrada.
Muchos creerán que la familia es la primera impulsora de que los discapacitados trabajen. Pero no es así. La familia se opone con frecuencia a que el discapacitado labore, por miedo a que le ocurra algo y no poder estar cerca para ayudarlos.
En muchas ocasiones ha ocurrido que la persona con discapacidad, sufre de rechazo en su trabajo y regresa al hogar muy desmotivado. Esta condición agrava cualquier padecimiento de la persona discapacitada, porque bajan sus niveles de defensa psicológicas.
Pero, ¿Qué podemos hacer para ayudar a las personas con discapacidad? desde el núcleo familiar, fortalecer sus creencias en la bondad del trabajo. Y también:
Los familiares deben evitar manifestar sentimientos de lástima y actitudes de compasión hacia la persona discapacitada. Además, deben dejarlos hacer sus labores sin precipitarse a ayudarlos.
Los familiares deben valorar lo mucho o poco que haga la persona con discapacidad, pues es la manera de impulsarlos a que trabajen por cuenta propia.
Recientemente, se han presentado propuestas del familiar sustituto del discapacitado en la empresa. Considerándose una solución al problema de la inserción laboral con personas discapacitadas.
El familiar, se contaría entre el 5% del personal discapacitado que contrata la empresa y podrá responder por las labores asignadas al discapacitado.
Los conflictos legales que pueda afrontar una empresa por personas con discapacidad, se producen cuando hay incumplimiento de la ley.
Si bien es cierto que, ningún trabajador está obligado a declarar que sufre una discapacidad, pero, por esta omisión, la empresa puede finiquitar el contrato de empleo.
La empresa al contratar a una persona con discapacidad debe cuidar de:
Para preservar la integridad física del trabajador con discapacidad, la empresa tiene que ajustar el puesto de trabajo a las condiciones de la discapacidad, para que, el trabajador pueda desarrollar sus labores de forma eficiente.
La Ley no establece un horario especial para las personas con discapacidad, sin embargo, el trabajador puede llegar a acuerdos con el empresario, para cumplir su jornada de trabajo.
Lo que tiene claro la ley, es que, el trabajador con discapacidad requiere de atenciones médicas que conllevan a solicitar permisos para ausentarse. Y esto se debe cumplir.
El empresario no está obligado a mantener en el puesto de trabajo a una persona que ha sufrido una discapacidad temporal. En estos casos, la empresa acude a una indemnización y puede prescindir del contrato de este trabajador afectado.
Las empresas deben colaborar con las personas discapacitadas provenientes de los CEE, y las mismas serán objeto de ley, si efectúan despidos improcedentes. En estos casos, quedarán excluidas de los múltiples beneficios establecidos en este programa.
La empresa está obligada a mantener trabajando a la persona discapacitada, por un lapso mínimo de 3 años. Si el despido se produce con causa justificada, el trabajador debe ser sustituido por otra persona discapacitada.
La inclusión de personas discapacitadas en cualquier actividad laboral, puede generar situaciones extraordinarias que deben ser canalizadas en un tiempo oportuno, esto con la intención de proteger a todos los trabajadores de la empresa.
Las personas con discapacidad deben ser tratadas en igualdad de condiciones, y esto deberá cumplirse bajo los estatutos de los valores fundamentales de respeto y convivencia en el ámbito laboral.
Cuando se presentan problemas en el ámbito de trabajo con los discapacitados se debe manejar la situación de tal forma que, todos los trabajadores comprendan la situación especial.
Para que esto ocurra, los trabajadores sin discapacidad deben ser sensibilizados y por ende, se deben poner en práctica:
Los trabajadores de una empresa siempre tienden a ser un grupo muy diverso, en cuanto a personalidades, necesidades y procedencias. Lo que, en ocasiones, puede traer como consecuencia, confrontaciones entre ellos, por diferencias personales, por mal entendidos, o por la prevalencia de factores externos que alteran el comportamiento.
De este escenario, pueden surgir conflictos entre trabajadores con o sin discapacidad. Pero, si está involucrado un trabajador que sufre de discapacidad, la mediación tiene que representar la mejor oportunidad para expresarse y resolver todos los conflictos presentes.
Con la mediación, cada trabajador reconoce sus errores y los manifiesta abiertamente, en consecuencia, puede aclarar las circunstancias que lo llevaron a un mal procedimiento o a una mala actitud hacia su compañero de labores.
La mediación de conflictos implica compromisos entre los trabajadores, sin llegar a escenarios jurídicos.
Finalmente, con estas medidas se espera mitigar el impacto de los enfrentamientos o conflictos entre trabajadores con o sin discapacidad.
La primera barrera a vencer para la persona con discapacidad es, "ella misma". Porque nadie va a conocer mejor sus problemas, desafíos y potencialidades, que ellos mismos.
La persona con discapacidad debe proponerse trabajar y desarrollar su creatividad en forma positiva.
El trabajador discapacitado debe integrarse al mundo laboral en condiciones especiales, pero no discriminatorias, ni ventajistas. Y deberá aprovechar estas oportunidades para tener un sustento económico, seguridad laboral y para un mejor estado físico y psicológico.