Se le conoce como cuidador o cuidadora, a la persona que atiende a otra que no puede valerse por sí misma. El grado de dependencia va a obedecer al tipo de padecimiento que tenga la persona a quien se va a cuidar. Puede ser temporal o permanente.
Además, el nivel de dependencia puede ser total o parcial. De cualquier manera, lo cierto es que el cuidador debe estar pendiente de la salud de la persona doliente, para satisfacer sus requerimientos médicos, hacerle compañía y, al igual que la persona dependiente, va a manifestar momentos de alegría, tristeza, dolor u otros sentimientos conforme a su estado anímico.
Los cuidadores son personas necesarias por el trabajo que realizan, bien sea por voluntad propia o porque han sido contratados para tal labor.
Su rol es destacado porque sirven de apoyo a la familia, aun así, estas personas también tienen derechos y aspiraciones que, en algún momento, se paralizan para cuidar a otra.
Sin embargo, el cuidador siempre estará al lado de la persona que adolece, ya sea porque es un familiar y se siente moralmente comprometido, o porque es su fuente de trabajo.
Por esto último, hay que considerar como cuidador a las instituciones que desempeñan ese trabajo, donde se encuentra el personal cualificado para llevar a cabo el acompañamiento profesional que se le dispensa al que padece.
Asimismo, conozcamos un poco más del necesario trabajo de los cuidadores.
En términos generales, estas son las cualidades de la persona o institución que cuida a personas dependientes.
Muchos cuidadores son familiares del paciente, pero otros son personas que se profesionalizan para ejercer este tipo de trabajo. Los cuidadores son un personal calificado y puede que sean familiares o no.
Aunque no hay universidad para este tipo de trabajo, por norma podemos encontrar cuidadores que son enfermeros, fisioterapeutas, bomberos, docentes, en fin; tienen un grado educativo que les permite poner al servicio del paciente sus conocimientos.
El cuidador profesional está capacitado en:
Todos estos conocimientos los van adquiriendo a través de cursos y certificados emitidos por instituciones públicas o privadas dedicadas al cuido de los enfermos, o en universidades.
El cuidador debe ser una persona de edad comprendida entre los 40 y 55 años, preferiblemente, generalmente de sexo femenino y trabajadora a media jornada.
En ocasiones, el cuidador puede quedarse en la residencia del paciente. Otras veces no lo hará. Sin embargo, dependerá de la complejidad de la enfermedad que padezca el paciente.
Por otra parte, los cuidadores profesionales o llamados formales, tienen que dejar claro cuáles son sus responsabilidades con la persona que van a cuidar, entre ellas:
El trabajo del cuidador es importante, tanto como sus condiciones de trabajo. Además, la vigilancia de esta actividad de cuidado no solo le corresponde a la empresa o institución de donde provenga el cuidador, sino de los familiares.
El cuidador, generalmente, está asociado al adulto mayor, sin embargo, hay muchos niños que requieren de un cuidador por padecer de enfermedades degenerativas o paralizantes.
Sin embargo, a veces son niños con buena salud que requieren de cuidados, mientras sus padres trabajan.
Los cuidadores de niños cuyos padres trabajan en la calle por largas jornadas, ofrecen atenciones básicas, educativas y asistenciales médicas.
Entre los cuidados básicos cuentan:
Si se trata de un niño con alguna condición, el trabajo de los cuidadores puede incluir:
El trabajo del cuidador no se circunscribe al apoyo del paciente, sino a la familia y a la sociedad. Dadas las condiciones y tareas de un cuidador, muchos se preguntan, ¿Quién ayuda a un cuidador?
Una pregunta cuyas respuestas están en la familia que apoya, las instituciones que contratan el servicio y el marco legal que los ampara.