Como habréis podido comprobar en muchos de nuestros artículos anteriores, en Di-Capacitados pensamos en ti. Siempre intentamos tratar temas que te ayuden a afrontar mejor los obstáculos de tu día a día, te damos consejos para que puedas llevar tu enfermedad de la mejor manera posible o te explicamos los beneficios que puede aportarte realizar ciertas actividades.
Hoy hablaremos sobre terapia, pero no sobre esa terapia que todos conocemos. ¡Esta vez nos adentramos en el mundo animal! ¿Has oído hablar alguna vez de la equinoterapia?
La equinoterapia se considera una terapia integral porque afecta positivamente en el desarrollo cognitivo, emocional, físico, social y ocupacional de las personas que la practican. El hecho de que sea beneficiosa en tantos aspectos la convierte en una herramienta muy útil para mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad.
No creáis que la equitación terapéutica ha nacido en este siglo. La verdad es que los caballos siempre han tenido muy buena relación con el hombre y por eso su historia se remonta a miles de años atrás.
Varios estudios sobre el tema afirman que antes de Cristo ya se apreciaba la equitación como una disciplina beneficiosa para la salud humana. Hipócrates, considerado como el "Padre de la medicina", ya la citaba en varias de sus obras y predicaba el uso de la quitación para "regenerar la salud y preservar el cuerpo humano de muchas dolencias y sobre todo el tratamiento del insomnio".
Incluso en la Grecia Clásica se aconsejaba montar a caballo como método para prevenir y curar diversas dolencias del cuerpo y la mente. Pero, tal y como la conocemos hoy, la equinoterapia fue introducida en los Estados Unidos y Canadá hacia el año 1900. Y en 1969 se creó el primer centro especializado en terapia ecuestre y la primera asociación para coordinar y reconocer oficialmente la equinoterapia, la NARHA.
En España, tenemos la Asociación de las Equinoterapias, formada por una serie de voluntarios que fomentan la difusión de las actividades educativas y recreativas con caballos para fines médicos y terepéuticos.
Las terapias ecuestres que más se utilizan en la actualidad para aliviar múltiples dolencias son principalmente las siguientes:
Ahora ya conoces los diferentes tipos de terapia con caballos que existen, pero hay que resaltar que las nomenclaturas siguen siendo confusas y no hay unanimidad, ni siquiera para los profesionales.
¡La equinoterapia puede practicarla casi todo el mundo! Cualquier niño, adolescente o adulto que necesite cuidados físicos o mentales, que presente dificultades psíquicas o psicológicas (depresión, adicciones…) o que tenga problemas de adaptación social.
Hay alguna excepción. La equinoterapia no está recomendada para aquellas personas que tengan problemas ortopédicos, hemofilia o padezcan alguna enfermedad que provoque convulsiones.
Sin embargo, la hipoterapia está particularmente adaptada y dirigida a personas que padezcan enfermedades y discapacidades como: esclerosis múltiple, autismo, síndrome de Down, espina bífida, traumas cerebrales, distrofia muscular, anorexia, así como enfermedades neurodegenerativas y traumatológicas.
Los caballos ofrecen una peculiaridad esencial a cualquier persona con discapacidad: no la juzgan en absoluto. Nada que se muestre en su mirada o en su actitud deja entender rechazo o incomprensión. Aceptan en su totalidad a la persona con discapacidad siempre y cuando esa persona lo respete.